martes, 19 de julio de 2016

Los pulgones

Todos hemos oído hablar de ellos, y la mayoría los habremos sufrido. Se trata de los temibles pulgones. Por ello, hemos decidido inaugurar este apartado dedicándoles la primera entrada a ellos.

Los pulgones son un grupo de insectos que pertenecen a la familia Aphididae dentro del orden de los hemípteros, parientes de las cigarras y las chinches de campo. A pesar de su nombre no guardan ninguna relación con las pulgas. A diferencia de ellas son parásitos de plantas angiospermas, es decir, plantas con flores.

Los pulgones son de pequeño tamaño (1-4 mm. de longitud), de colores variados (verdes, amarillos o negros). Se alimentan con un largo pico articulado que clavan en las partes tiernas de las plantas extrayendo la sabia. Esto puede dar lugar a deformaciones y abarquillamiento de las hojas (Fig. 1). Dentro de la misma especie pueden ser ápteros (sin alas) o alados. Estos últimos, tienen dos pares de alas membranosas, relativamente pequeñas, siendo las dos anteriores mucho más grandes y transparentes.


Fig. 1: Tomatera con pulgón, se pueden ver las deformaciones y abarquillamiento de las hojas.

Con la llegada de la primavera, los huevos eclosionan y dan lugar a hembras sin alas que se pueden reproducir por partenogénesis, es decir, no necesitan que las fecunde un macho. Una hembra adulta puede llegar a poner hasta 150 huevos a lo largo de su vida, sin necesidad de ningún macho. Éstas dan lugar a dos tipos de generaciones. Por un lado, generaciones de pulgones ápteros que se alimentan de la planta en la que han nacido. Y por otro lado, generaciones que presentan alas con las que pueden volar y colonizar distintas plantas (Fig. 2).


Fig. 2: A la izquierda podemos ver pulgones en el envés de una hoja. En la parte superior derecha se observa un pulgón con las y en la parte inferior un pulgón sin alas.

En una semana alcanzan la madurez sexual, pudiendo reproducirse igual que su progenitora, lo cual da lugar a que en muy poco tiempo tengamos en nuestro huerto o jardín una invasión descontrolada de pulgones.

Este proceso se puede repetir durante varias generaciones mientras que las condiciones ambientales sean favorables. Pero cuando dejan de ser adecuadas tiene lugar una nueva generación con reproducción sexual, es decir, entre machos y hembras. Estos huevos hibernarán durante la estación fría hasta la llegada de la siguiente primavera que eclosionarán.

Los pulgones segregan una sustancia azucarada llamada melaza. Esta melaza es la causante, por una parte, de que las hojas queden cubiertas de este líquido desarrollándose un hongo llamado Negrilla (Fumagina sp.). Éste no acabará con la planta, pero dará un aspecto de suciedad, y en el caso de que hayan sido afectadas muchas hojas, se puede ver dificultada la fotosíntesis, perdiendo vigor la planta. Por otra parte, los pulgones establecen una simbiosis con las hormigas. Los pulgones se dejan pastorear por las hormigas (fig.3) a cambio de recibir la protección de las hormigas que las defienden contra sus enemigos, como las mariquitas. A su vez, las hormigas obtienen una fuente de alimento segura al ordeñar la melaza  o mielato de los pulgones.


Fig. 3: Hormigas ganaderas, pastoreando los pulgones para obtener melaza (fuente de alimento para las hormigas).



Fig. 4: Hormigas obteniendo melaza o mielato del pulgón.

Si nuestro huerto o jardín reciben la visita inesperada de pulgones, lo primero que tendremos que vigilar es el número de individuos. Unos pocos no dañarán nuestros cultivos y atraerán insectos beneficiosos, como las mariquitas. Una vez que se haya convertido en una plaga, debemos controlar a las hormigas, puesto que mientras que los pulgones tengan protección los enemigos naturales no podrán hacer nada. Y por último, una vez controladas las hormigas, actuaremos contra los pulgones.

Como os prometimos a continuación os presentamos una serie de soluciones, consejos y “remedios caseros” que podéis seguir para mantener a raya los pulgones y las hormigas. También se pueden utilizar contra la mosca blanca, la mosca negra y la araña roja, de los que hablaremos más adelante:

-          Si sólo hay unos pocos pulgones siempre nos podremos entretener en quitarlos con las manos o dejar que las mariquitas y otros insectos se encarguen de ellos, pero siempre controlando la población, ya que como hemos comentado anteriormente el número de individuos puede aumentar mucho en muy poco tiempo.

-          Jabón potásico. Lo podéis adquirir en cualquier tienda de fitosanitarios ecológicos. Es muy eficaz, pero lo tendremos que utilizar varias veces puesto que actúa por contacto, es decir, sólo es efectivo sobre las superficie en la cae. Funciona como un desengrasante, de manera que lava las superficies cubiertas de melaza y seca los cuerpos de los insectos sin caparazón sobre los que cae, por lo que es parcialmente selectivo. Recordad que en la etiqueta tiene que describirlo como autorizado para uso en agricultura ecológica y siempre hay que seguir las indicaciones del fabricante.

-          Infusión de ajo. Se deben machacar 5 dientes de ajo por litro de agua. Una vez que se han mezclado se pone en un cazo a hervir durante 20 minutos. Se retira del fuego y se guarda en un recipiente. Se puede aplicar con ayuda de un pulverizador y tendremos que realizar el tratamiento durante 3 días consecutivos sobre las partes de la planta afectadas.

-          La canela molida es un buen remedio contra las hormigas. Se espolvorea sobre las partes afectadas y las hormigas saldrán despavoridas inmediatamente. El problema es que enseguida desaparece la canela de las partes aéreas debido al aire, y las hormigas vuelven a la planta.

-          A los pulgones no les gustan las plantas que tienen aceites esenciales, como las plantas aromáticas. Si colocamos cerca de nuestros cultivos plantas aromáticas como romero, lavanda y menta los pulgones se alejarán de ellas y no las parasitarán.

-          Otra infusión que podemos probar es la siguiente. En un recipiente se trituran un diente de ajo, tres cebollas, tres guindillas frescas picantes y un vaso de agua fría. Después se deja reposar durante toda la noche. A la mañana siguiente se filtra la mezcla y se diluye en 4 litros de agua. Es recomendable guardarlo en un recipiente con pulverizador para evitar manipularlo demasiado. Se debe aplicar un mínimo de 3 veces en un intervalo de 10 días.


Esperamos que os haya resultado de interés. ¡Hasta la próxima!

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