¡¡¡Buenos días bloguer@s!!!
Ya estamos aquí un día más y, como vimos en entradas
anteriores, con nuestro huerto ya creado y esperando a que nuestras plantitas
se vayan desarrollando con normalidad. Aún así no todo es esperar.
Mientras nuestras plantitas crecen, será
necesario realizar algunas prácticas de mantenimiento en nuestro huerto que
favorezcan el desarrollo de los cultivos y que mantengan el suelo en óptimas
condiciones tanto en el presente como en el futuro.
Como la textura del suelo de nuestro huerto es franco-arcillosa
será necesario realizar escardas con frecuencia persiguiendo dos objetivos:
1.
Eliminar posibles hierbas competidoras que
aparezcan de forma espontánea en nuestras parcelas.
2. Romper la costra superficial creada en nuestro
suelo a causa del riego y que impide la buena filtración del agua en el
terreno, así como romper los canales creados por el agua al filtrarse y que
ésta no discurra siempre por los mismos lugares.
Para ello usaremos escardillos o
rastrillos de mano, herramientas muy útiles a la hora de realizar estas
prácticas en nuestro huerto.
Como lo ideal sería que el suelo fuera capaz de mantener por
sí mismo una textura y estructura adecuadas, así como una buena humedad,
recurrimos a una técnica que imita los modelos de suelo naturales: EL ACOLCHADO.
Esta técnica se basa en la protección del suelo utilizando materiales
orgánicos o inorgánicos, imitando así la forma en que se desarrolla un suelo de
forma natural, que nunca está desprotegido y siempre tendrá una capa vegetal
que impide su desecación, erosión, regula su temperatura, mantiene su humedad, etc.
Para realizar esta técnica nosotros hemos elegido material
orgánico, en este caso paja, para cubrir y proteger nuestro suelo, así como
para favorecer su mantenimiento al mismo tiempo que le aportamos una buena
dosis de materia orgánica que en el futuro pasará a darle nutrientes necesarios
para mantener su fertilidad.
Será importante cubrir bien el suelo, con al menos una capa
de 3-5 cm. de paja, para evitar así la aparición de hierbas competidoras al no
penetrar la luz directamente en el suelo, así como para mantener la humedad de
forma constante.
Para que la paja quede bien compactada y evitar que el
viento la arrastre aplicaremos un buen riego para que ésta se empape bien y se asiente en el suelo
de nuestras parcelas.
En cada parcela dejamos un surco y un bancal sin acolchar
para observar las diferencias de desarrollo y mantenimiento entre las zonas
acolchadas y las no acolchadas, siendo éste el resultado.
Como hay un número importante de parcelas procedemos a
numerarlas y nombrarlas para facilitar el trabajo y seguimiento en ellas. Para
ello usamos unas tablillas, como podemos ver a continuación.
Con esto podremos ir haciendo un seguimiento más riguroso
del desarrollo y la producción de nuestras parcelas, siendo importante también
contar con un cuaderno de campo en el cual vayamos anotando las actividades
diarias, aparición de plagas, así como cualquier cosa relevante que nos sea de
ayuda tanto en el presente como en el futuro.
Con esto llegamos al final de la entrada de hoy, aunque no nos
podemos despedir sin antes daos las ¡¡¡gracias por vuestras visitas y vuestros
comentarios!!!
Ay!!! me encanta esta entrada!!! ¿Estáis notando alguna diferencia entre los bancales acolchados y los no acolchados? Gracias!!!
ResponderEliminarQue interesante el acolchado, no conocía ese sistema para evitar las malas hierbas.
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