Hoy os queremos
presentar a otro de los insectos imprescindibles en nuestro huerto. Pertenecen
al orden de los himenópteros y son parientes próximos de las avispas y
hormigas. Seguro que muchos de vosotros ya sabe de quién estamos hablando. Pues
sí, habéis acertado. Esta entrada está dedicada a las abejas y al papel tan
importante que tienen dentro de nuestro huerto.
Hay una gran
variedad de abejas. Algunas viven en colonias, otras simplemente se juntan para
aparearse. Sin embargo, al pensar en abejas, muchos automáticamente evocaréis una
especie concreta por su relación con la rica miel. Se llama Apis mellifera y es la principal
polinizadora de nuestros huertos.
Estas increíbles
abejas tienen el ovopositor, órgano utilizado por las hembras de muchos
insectos para poner huevos, modificado terminado en aguijón. Cuando lo clavan
en mamíferos se desprende, lo que conlleva la muerte de la pobre abeja. No
obstante, y a pesar de lo que podamos pensar, sólo atacan cuando se ven
amenazas y por el bien de la colmena. Por este motivo, nunca debemos acercarnos
a ninguna colmena sin las debidas medidas de seguridad y protección.
Dentro de una
colonia podemos encontrar a la reina, a las obreras y a los zánganos.
Sólo hay una
reina por colmena, y es la encargada de aparearse con los zánganos en un ritual
llamado el “baile nupcial”, en el que muere el zángano tras el apareamiento. Las
reinas son capaces de poder elegir el sexo de su prole, al igual que muchos
otros insectos. Los huevos fecundados dan lugar a abejas obreras, mientras que
los huevos no fecundados dan lugar a abejas zánganos.
Dentro de las
abejas obreras podemos encontrar dos tipos:
- Las abejas de interior. Son las que tienen 21 días o menos y se
encargan de la limpieza de la colmena. También realizan las funciones de
nodrizas, almacenadoras, ventilan las celdillas para deshidratar el néctar y
construyen los paneles de cera, además de guardar y defender la colonia.
- Las abejas de exterior. A los 21 días las
glándulas cereras de las abejas se atrofian y sus funciones en la colmena
cambian. Salen de ésta, y se encargan de recolectar néctar, agua, polen y
propóleo. Pero no guardan el secreto de su tesoro. Una vez que han encontrado
una fuente de alimento vuelven a la colmena para compartir su hallazgo. Es
entonces cuando realizan la famosa “danza de las abejas”. Con ella informan al
resto de obreras de aspectos tan importantes como la intensidad, abundancia y
dirección en la que tienen que volar para encontrar el alimento.
Fig. 2: Apicultor
extrayendo la miel de sus colmenas.
Sin ninguna duda este insecto ocupa
un papel muy importante en la agricultura. De todas las plantas que son polinizadas
por insectos, las abejas se encargan del 90% – 95% de las visitas. Contribuyen
a la formación de las semillas y los frutos, colaborando en la perpetuación y
multiplicación de la especie. Además ayudan a la polinización cruzada,
generando diversidad y aumentando las posibilidades de supervivencia de las
especies vegetales.
Sin embargo, en los últimos años
su número ha disminuido preocupantemente. Se han realizado diferentes estudios
sin encontrar una razón aparente, pero se sospecha que ésta se puede deber a la
suma de distintos factores como la utilización de insecticidas, herbicidas y
fungicidas; las enfermedades y parásitos invasores; la continua fragmentación
de los hábitats; el cambio climático y la reducción de plantas nutricias de las
que se alimentan, entre otras.
La agricultura ecológica apuesta
por la diversidad y el uso de compuestos de origen natural, como fitosanitarios
o fertilizantes, evitando el uso de compuestos químicos. Las abejas se sentirán
atraídas por nuestras maravillosas flores, sin verse amenazadas por los
productos de síntesis, dejándonos el mejor de los regalos: al cabo de unos días
podremos disfrutar de los deliciosos frutos y semillas que nos brinda nuestro
huerto o jardín.
No sabía que las abejas hacían tantas cosas. Tengo una macetita de lavanda dentro de casa, crees que si la planto fuera en mi jardín vendrán las abejas?
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