Hoy queremos dedicar esta entrada
a un pequeño insecto muy discreto que se oculta entre las ramas y hojas de
nuestras plantas. Se trata de los crisópidos pertenecientes al orden
Neuroptera. Son conocidos por los nombres comunes de crisopas, crisopas verdes,
crisopas de alas verdes, ojos dorados, león de áfidos, alas de encaje y moscas
hediondas, entre otros.
Dentro de este grupo la crisopa
más conocida es Chrysoperla carnea (Fig.
1). La podemos encontrar en muchas partes de América, Europa y Asia. Los
adultos se alimentan de néctar, polen y melaza que excretan los pulgones y
otros insectos. Las larvas son unos depredadores activos y se alimentan de
pulgones y otros pequeños insectos, como trips y mosca blanca. Son muy
apreciadas por muchos agricultores puesto que se utilizan como control
biológico en diferentes plagas. Y además, presentan una gran adaptabilidad a
condiciones ambientales adversas y amplias fluctuaciones térmicas, manteniendo su
actividad depredadora con temperaturas entre 12 y 35ºC.
Fig. 1: Imagen de Chrysoperla carnea sobre una hoja
Los huevos de crisopa tienen una
forma oval y se fijan individualmente a los vegetales con ayuda de un largo
hilo (Fig. 2). Las largas son marrones, con un par de grandes mandíbulas en
forma de pinza con las que apresan a sus víctimas. Estas mandíbulas inyectan
enzimas dentro del cuerpo de sus presas disolviendo sus órganos internos, tras
lo cual la larva absorbe el líquido resultante del interior del cuerpo de la
víctima. Cuando alcanza el tercer estadio con una longitud de unos 8 mm., es
capaz de depredar el 80% del total de presas que ingesta a lo largo de todo su
ciclo biológico, pasando después al estadio de pupa. Los adultos son de color
verde pálido con largas antenas y ojos compuestos amarillentos (Fig. 1). Tiene
un par de alas grandes, membranosas y largas que se recogen sobre el abdomen.
Sin embargo, no son buenos voladores presentando un vuelo oscilante.
Fig. 2: Puesta de
huevos de Chrysoperla carnea.
La duración del desarrollo, desde
huevo hasta adulto, está muy influenciada por la temperatura, siendo
generalmente de 2-3 semanas a 25ºC. La larva emerge en 3-6 días,
desarrollándose sus tres estadios larvarios entre 10 y 13 días, dando lugar al
estado de pupa. Finalmente emerge el adulto desarrollado (Fig. 3). En
condiciones naturales, Chrysoperla carnea
puede completar 3 generaciones al año.
Fig. 3: Ciclo
biológico de Chrysoperla carnea.
Estos insectos son utilizados para
el control biológico de plagas en el huerto. Son muy efectivas contra pulgones,
y en menor medida, mosca blanca, trips y huevos de polillas. Si no podemos
esperar a que visiten nuestro huerto por ellos mismos, se pueden comprar larvas
de crisopa y soltarlas en nuestro huerto. Es recomendable utilizarlas dentro de
un invernadero, ya que los adultos tienen alas, de manera que podrán volar a
los huertos vecinos en busca de alimento.
¡Os esperamos en próximas
entradas!
Que curioso lo de los huevos!!!
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