martes, 13 de septiembre de 2016

Semilleros

¡¡¡Buenos días  bloguer@s!!!

Estamos aquí un día más y hoy vamos a hablar de los métodos de siembra que hemos puesto en práctica en nuestro huerto.

Para sembrar vamos a realizar un sustrato mezclando arena de río, tierra y materia orgánica a partes iguales.


Los primeros semilleros que prepararemos serán en bandejas de alveolos, las cuales rellenaremos con la mezcla de sustrato realizada anteriormente.


Posteriormente, realizaremos las mediciones para crear el semillero en suelo.


 Una vez delimitada la zona de los semilleros rastrillaremos el terreno y lo mezclaremos con materia orgánica.



Después se riega bien la zona de semillero en suelo y las bandejas de alveolos y se esperan 24 horas para que el sustrato tenga el punto de tempero adecuado para la siembra.


Una vez pasado este tiempo dividimos el semillero en suelo en 12 cuadros para sembrar especies distintas en cada uno de los cuadros marcados y realizar un método de siembra distinto en cada parte. Para realizar las demarcaciones utilizaremos cuerda, la cual enterraremos en sus extremos para que quede sujeta al suelo.



Con todo ya listo comenzamos a sembrar nuestras semillas. Para llevar un control riguroso de nuestra siembra podemos numerar los cuadros del semillero en suelo y apuntar qué especie y cantidad de semilla se ha sembrado en cada uno. En las bandejas de alveolos pondremos en el lateral de ésta la especie sembrada en cada línea.





 Ya con nuestras semillas en su lugar de germinación acondicionamos los semilleros de maneras diferentes con el objetivo de observar en qué condiciones germinan mejor nuestras semillas. Para ello, en el semillero en suelo cubrimos la mitad de su superficie con arena de río de manera superficial y dejamos la otra mitad desprovista de ella, y cubrimos con malla de sombreado una parte del semillero cubierta con arena de río y otra sin arena de río, dejando desprovistas de malla otra parte con arena de río y otra sin ella. En las bandejas de alveolos realizamos la misma operación, cubriendo una bandeja con malla de sombreado y dejando otra bandeja sin cubrir, como se observa a continuación.

Otra forma de siembra es la que se realiza de forma directa, sembrando nuestras semillas directamente  en el terreno donde van a pasar todo su ciclo vegetativo. De esta forma sembraremos calabazas y maíz de forma intercalada. Para ello abrimos un surco con la azada y colocamos las semillas en el suelo de forma manual, enterrándolas aproximadamente a una profundidad de unas 3 veces el tamaño de la semilla.

  
A partir de la segunda o tercera semana de haber sembrado nuestras semillas vemos como éstas empiezan a romper la tierra y a dejar ver ya sus hojas primordiales.


 Para llevar un control exhaustivo del porcentaje de germinación de nuestras semillas haremos recuentos diarios que anotaremos en nuestro cuaderno de campo.

 En la siguiente fotografía se muestra, de manera ilustrativa y gracias al seguimiento llevado a cabo mediante fotografías, la evolución de nuestro semillero en suelo en un período de 20 días.


Y éste es el aspecto que tiene nuestro maíz y calabazas pasados 20 días desde su siembra.


Una vez que nuestras plantitas tienen el tamaño adecuado las trasplantamos a su lugar definitivo, que será en el suelo en surcos o alcorques, dependiendo de la especie.

Las plantitas sembradas en las bandejas de alveolos las trasplantamos con cepellón. Por ello, debemos mojar un poco la tierra unas horas antes del trasplante. Así facilitaremos la extracción y que el cepellón no se desmorone.


Las plantitas sembradas en el suelo serán trasplantadas a raíz desnuda, extrayéndolas del suelo con una pala plantadora.

Una vez extraídas las plantitas se van colocando en su hogar definitivo, donde pasarán el resto de su ciclo vegetativo.

Por último regamos los surcos y alcorques para que nuestras plantitas tengan humedad suficiente y tarden en adaptarse al terreno lo menos posible.

Unos días después del trasplante, cuando nuestras plantitas están definitivamente adaptadas al terreno, realizamos un aporte de materia orgánica, ya que son hortalizas de fruto y esto les dará el empujón definitivo para que se desarrollen de una forma óptima.

¡Y hasta aquí la entrada de hoy!  ¡Esperamos que os haya gustado y que disfrutéis con el desarrollo de nuestro huerto tanto como estamos disfrutando nosotros trabajándolo diariamente!

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